martes, 27 de octubre de 2020

Ecodiseño Pensar al ambiente como un eslabón clave de la industria

 

Ecodiseño Pensar al ambiente como un eslabón clave de la industria

Desde el INTA destacan la necesidad de analizar el ciclo de vida de los productos y emplearlo como estrategia de agregado de valor genuino. 

Economía circular, industria 4.0, huellas de carbono y sustentabilidad, entre las temáticas del 4.° Congreso Latinoamericano de Ecodiseño que se realizará del 28 al 30 de octubre.

Destacada como una estrategia que considera a la variable ambiental como un criterio clave en la industria productiva, el ecodiseño gana protagonismo en un contexto de mayor demanda de sustentabilidad y trazabilidad de los productos que se consumen. 

En este contexto, con auspicio del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (CIPAF) del INTA, se realizará Ecodal, el 4.° Congreso Latinoamericano de Ecodiseño del 28 al 30 de octubre.

Para Raquel Ariza –una de las anfitrionas del Congreso y diseñadora industrial del CIPAF INTA–, “pensar en estos temas se convierte en una práctica necesaria para hacer frente al creciente consumo de productos en el sector industrial”. 

Y recordó que el objetivo final es mejorar el rendimiento medioambiental de los productos a lo largo de su ciclo de vida.

“Desde la región, asumimos la importancia de pensar y gestionar desde el ecodiseño con la intención de tener un agregado de valor genuino para toda nuestra comunidad y para las próximas generaciones”, subrayó Ariza.

En este sentido, el análisis de ciclo de vida (ACV) se destaca por ser una herramienta metodológica clave que permite obtener información relevante para comparar el desempeño ambiental de las cadenas productivas, productos, procesos y servicios.

De acuerdo con Edurne Battista –diseñadora industrial integrante de los programas de mecanización y energías renovables del INTA–, “el ACV ubica al nacimiento de un producto en la extracción de sus materias primas y tiene en cuenta, no sólo los materiales con los que es fabricado, sino también los procesos productivos, los costos de fabricación, transporte, uso y descarte”.

En Ecodal, el INTA presentará el primer equipo del país que pasteuriza leche envasada.

En este sentido, Battista aseguró que “pensar el ciclo de vida de un producto proyecta a muy largo plazo su existencia”. 

Para su análisis, se requiere de la intervención de múltiples disciplinas y los impactos ambientales son diversos. 

Desde la explotación del suelo para la extracción de un mineral o un cultivo, los efluentes líquidos de los procesos productivos y la energía requerida para el funcionamiento durante la fase de uso.

A su vez, también intervienen la contaminación al aire, producto del transporte en vehículos para su distribución y recolección como residuo, la contaminación al suelo, aire y agua producto de su disposición final y energía requerida para su reciclado.

“El ACV exige una gran cantidad de información que antes era ignorada”, reconoció Battista y agregó: 

“La intervención temprana en la planificación de un producto puede resolver y minimizar los impactos ambientales y económicos”.

Rodolfo Bongiovanni –coordinador de la Plataforma de Análisis de Ciclo de Vida y Huellas Ambientales del INTA– coincidió con esta idea y aseguró: 

“El ecodiseño es una parte fundamental de la estrategia hacia una economía que pueda mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero”.

En esta línea se refirió a los avances de la economía circular, de modo que, mediante el diseño de sistemas y procesos, los subproductos o desechos de un sistema sean los insumos de otro sistema. 

Para Bongiovanni, “no alcanza con el reciclado y reúso, sino que hay que incorporar toda una filosofía de eficiencia de uso de recursos”.

Para Sergio Justianovich y Edurne Battista, los dos investigadores del INTA que participan de la 4ta edición de Ecodal, “la sustentabilidad debe ser entendida como un campo teórico-práctico de triple abordaje: ambiental, económico y social”.

En esta línea, consideran que las nuevas tecnologías de producción y comunicación aportan herramientas que ayudan a superar antiguos preceptos como el antagonismo local-global, o la artesanía de pequeña escala contra una producción industrial. 

“Es importante reforzar la necesidad de combinar la herramienta de ACV con otros abordajes que garanticen la sustentabilidad de nuestros proyectos en términos sociales y económicos”.

Y coincidieron en que “debatir aspectos de la agenda ambiental en Ecodal 2020, en el contexto actual, resulta, cuanto menos, oportuno y necesario”.  


Se trata de un sistema que envasa leche fluida, la pasteuriza y la enfría al punto de garantizar condiciones óptimas de inocuidad para su comercialización en circuitos de proximidad.

Pregonar con el ejemplo

Como auspiciante de Ecodal, el 4.° Congreso Latinoamericano de Ecodiseño del 28 al 30 de octubre, el INTA presentará el primer equipo del país que pasteuriza leche envasada, diseñado por especialistas de la UBA y del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar del INTA en la Región Pampeana.

Se trata de un sistema que envasa leche fluida, la pasteuriza y la enfría al punto de garantizar condiciones óptimas de inocuidad para su comercialización en circuitos de proximidad. 

El equipo se destaca con un precio hasta 40 % menor al que actualmente se encuentra en las góndolas.

Para Sergio Justianovich –diseñador industrial del IPAF Región Pampeana del INTA e integrante del Comité Científico de Ecodal–, “este desarrollo tecnológico tracciona y actualiza normativas vigentes, impacta sobre consumidores y sobre las familias organizadas”.

“Además, –agregó– formaliza y pone en valor circuitos de producción y consumo invisibles, afirma la producción local como alternativa más eficiente en comparación con las cadenas tradicionales y concentradas”. 

Como si fuera poco, también moviliza a empresas privadas en la producción de tecnología local, como las metalmecánicas proveedoras de los equipos, las pymes asociadas a la producción de envases habilitados para este tratamiento térmico y pymes asociadas a insumos de laboratorio para controlar el proceso térmico.

“Es un caso testigo en donde se entrecruzan los tres ejes de la sustentabilidad, superando las tensiones o dilemas entre lo social, el ambiente y el desarrollo económico”, puntualizó Justianovich

INTA

inngeniar


viernes, 28 de febrero de 2020

Desarrollan envase a partir de polimeros biodegradables para la harina de nuez


Autores del avance: Adriana Pinotti (Izq.), Javier Lamarra y Sandra Rivero.

Un material de envase bicapa desarrollado por científicos de La Plata actúa como barrera al oxígeno, al vapor de agua y a la radiación UV preservando la calidad de alimentos susceptibles de sufrir rancidez.

Investigadores argentinos desarrollaron un envase  que conserva por más tiempo la calidad de la harina de nuez.

“Por estar formulado con compuestos biodegradables, el envase que desarrollamos es amigable con el ambiente, además de preservar la calidad del producto en beneficio de la salud de los consumidores”, afirmó a la Agencia CyTA la directora del estudio Adriana Pinotti, perteneciente al Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA), con sede en la ciudad de La Plata.

Pinotti, y dos integrantes de su grupo, Javier Lamarra y Sandra Rivero, diseñaron un material compuesto por una capa de quitosano con nanopartículas funcionalizadas con ácido gálico con propiedades antimicrobianas y antioxidantes y una capa de alcohol polivinílico mediante la técnica de termocompresión.

La aplicación de estos materiales activos en el envasado de alimentos susceptibles de sufrir oxidación representa una alternativa sustentable.

La harina de nuez, un subproducto de la producción del aceite de nuez, posee una cantidad remanente de lípidos después del proceso de extracción que pueden oxidarse por exposición a diferentes factores tales como luz,  humedad,  presencia de oxígeno, entre otros.

Tal como revela la revista “International Journal of Biological Macromolecules”, los científicos platenses envasaron el alimento durante 105 días en condiciones de humedad controlada y a distintas temperaturas de almacenamiento.

Los investigadores observaron que el envase desarrollado condujo a un retraso en los procesos de oxidación lipídica del alimento.

De acuerdo con el primer autor del estudio, Javier Lamarra, becario posdoctoral del  CONICET en el CIDCA (UNLP-CONICET-CIC), el envase que desarrollaron posee nanocápsulas de ácido gálico, un compuesto activo con propiedades antioxidantes y antimicrobianas, capaz de absorber radiación UV.

De este modo, los investigadores pudieron combinar materiales biodegradables y obtener un sistema bicapa activo con propiedades de barrera al UV, al vapor de agua y al oxígeno adecuadas para envasar un alimento susceptible de sufrir oxidación como la harina de nuez.

“Los resultados en esa dirección demostraron que estos materiales retrasaron los procesos de autooxidación lipídica”, destacó Lamarra.

El sistema desarrollado se encuentra en fase experimental a escala de laboratorio, explicó Lamarra, también auxiliar docente de la cátedra de Fisicoquímica Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP.

“Sería necesario escalarlo a nivel planta piloto y evaluar la factibilidad de adaptación del procedimiento a la planta de procesamiento o línea de producción  de materiales”, indicó.

Agencia CyTA-Fundación Leloir

miércoles, 19 de febrero de 2020

Mani - Prolongan la vida util con un residuo de la industria


Los científicos de Córdoba lograron prolongar la vida útil del maní 
con un residuo de la industria.

Los científicos de Córdoba emplearon un recubrimiento basado en una harina que se elabora a partir de un subproducto de la industria manicera, que hasta ahora solo se utilizaba como alimento animal.

Córdoba, la provincia que acapara el 90% de producción de maní a nivel nacional, fue sede de un hallazgo científico que está cerca de lograr un almacenamiento que preserve la calidad y sabor de ese producto mediante el empleo de métodos amigables.

Si bien el uso de envases con materiales sintéticos de baja permeabilidad al oxígeno y la aplicación de tecnologías de atmósfera modificada (vacío) mejora los efectos de protección de la calidad química y sensorial de los granos de maní, son altamente contaminantes y muy costosas para la industria de ese sector.

Ahora, investigadores del CONICET, en la ciudad de Córdoba, lograron desarrollar una alternativa para resolver esta problemática.

“Demostramos que las coberturas comestibles a base de harina de maní son una alternativa natural, amigable con el medio ambiente y de bajo costo para prolongar la estabilidad de los granos de maní y así disminuir el uso de materiales sintéticos”, afirmó a la Agencia CyTA-Leloir la primera autora del estudio, María Paula Martín becaria posdoctoral del CONICET en el laboratorio de Nelson Grosso en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV), que depende del CONICET

Los investigadores del CONICET IMBIV desarrollaron recubrimientos a base de harina de maní desengrasada que es un subproducto obtenido por el prensado de los granos de maní para la generación de aceite.

“Este material se destina principalmente a la alimentación animal”, explicó Martín, quien también es docente de Microbiología Agrícola en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC.

Sin embargo, también sirve como materia prima para la elaboración de películas comestibles biodegradables para la protección de alimentos susceptibles al deterioro oxidativo y sensorial.

“Pueden agregar valor a la industria manisera”, sostuvo Martín.

Los investigadores colocaron muestras de maní sin recubrir envasado en bolsas comunes, otras con el recubrimiento natural también envasado en bolsas comunes y el resto sin recubrir pero envasadas en un envase sintético impermeable.

Y las almacenaron durante 180 días en un horno de circulación forzada en condiciones de oxidación acelerada a 40 °C.

Los análisis de laboratorio demostraron que el recubrimiento de harina de maní desgrasada protegió mejor a los granos frente al oxígeno, por lo que preservó sus niveles de vitamina E y otros atributos durante ese período y retardó la aparición de sustancias de “oxidación lipídica”, un proceso químico que produce sabores desagradables.

Por otra parte, un panel de jueces entrenados evaluó las muestras en función del color, la rugosidad, el brillo, la dureza y el sabor, observando resultados óptimos.

“Otra ventaja es que el recubrimiento a base de harina aplicado sobre maní tostado  disminuye la contaminación cruzada por distintos alérgenos en las líneas de producción durante el procesado”, destacó Martín.

Hasta el momento, los resultados del estudio han sido obtenidos in vitro a escala de laboratorio.

“Sin embargo, los procesos han sido así planeados para ser replicados a escala piloto”, anticipó la científica.

Y confió que ya existen industrias maniseras interesadas en aplicar esta estrategia.

Del estudio, publicado en “Journal of Food Science”, también participaron otros investigadores del IMBIV y de la Unidad de Investigación y Desarrollo en Tecnología Farmacéutica (UNITEFA), institutos pertenecientes a CONICET, y de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC):  Cecilia Riveros, Alejandro Paredes, Daniel Allemandi y Valeria Nepote.

 Agencia CyTA-Fundación